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Socializando a mi Cachorra Durante sus Vacunas


Este Blog y el tiempo que he pasado con Ustedes ha sido de gran Bendición. Me ha permitido tomar la oportunidad de reflexionar en la corta vida de Athena y mi jornada con ella hasta ahora. Escribir estas publicaciones trae a mi mente y corazón sentimientos de: alegría, nostalgia (para de crecer tan rápido mi pequeña Athena! *sniff sniff*) y ansiedad. Ahora, se lo que todos están pensando "pero, Isabelle, tu jornada con ella ha sido tan bella... ¿en serio sientes ansiedad escribiendo esto para nosotros? ¿Cómo es posible eso?" Les cuento que así es... ciertos puntos de mis publicaciones si me causan un poco de ansiedad escribirlas y reflexionar sobre ellas. Permítanme elaboro un poco a lo que me refiero.


Es correcto decir que Athena ha traído solo alegría a mi vida y a las vidas que me rodean y reflexionar en esto es maravilloso y nostálgico (aun sigo con pequeñas lágrimas en mis ojos pensando en lo rápido que está creciendo mi pequeña *sniff sniff*), pero, también he tenido momentos, como lo han demostrado mis publicaciones anteriores, en donde las decisiones que he tomada para ella y su bienestar me han hecho dudar de mi habilidad de cuidar de ella o de ser buena mamá canina primeriza. Mientras escribo to esto para Ustedes, incluso hasta el día de hoy, simplemente tengo que pelear contra mi vieja amiga, la ansiedad, y confiar en que las decisiones que he tomado para ella y que he compartido aca con Ustedes se han tomado con: la mejor guía, las mejores intenciones y la mayor sabiduría posible. Una de esas decisiones importantes a las que me refiero ha sido el escoger en que punto de su vida la iba a socializar.


Nuestros bebes pudit@s, igual a cualquier otro pequeñín, tienen un tiempo crucial en cuanto de socializarlos se trata. He leído, y por favor corríjanme si me equivoco ya que reitero que no pretendo ser experta en el tema, que a los cachorros se les debe comenzar a socializar a las siete semanas de nacidos (después de sus primeras vacunas y primera ronda de desparasitación) y este proceso debe de continuarse introduciéndolos a: nuevas personas, nuevos animales y nuevos lugares. Para mí, en lo personal, aquí fue donde me entro la ansiedad. Si han estado siguiendo nuestra jornada en este blog ya saben cuál era mi archienemigo al que le temía más para Athena... ¡Si!... el Parvo. ¿Recuerdan la enfermedad que les conté nunca quería arriesgar que mi peludita tuviera que enfrentar? Sí, era el Parvo y era mi primera preocupación. Como mamá canina primeriza, especialmente como mamá con ansiedad, ¿cómo haces sabiendo que tu pequeña tiene que ser expuesta a personas y animales por su bien, pero, a la misma vez sabiendo que el hacerlo demasiado pronto, sin ella estar lista médicamente, puede ser una sentencia a muerte?


Alguien por favor háganme sentir más cuerda y díganme que también han sentido lo mismo y que han pensado de la misma manera, ¡Ja! Aqui se puede ver como mi pasatiempo de los programas de animales ha sido tanto una bendición como una maldición. En fin, cuando me toco tomar esta importante decision, decidí que sería mejor para ambas, por la salud física de Athena y por mi salud mental, el buscar un punto medio sano y lógico para ambas. No quería perjudicar a Athena quitandole la oportunidad de conocer a sus seres queridos o de conocer a otros peludit@s durante este tiempo importante, pero, decidí que se haría de una manera segura y cautelosa. Para comenzar, me aseguraba de que su tiempo afuera fuera limitado. Quizás unos cuantos minutos en el sol para su Vitamina D y, por supuesto, sus salidas a la parte del frente de nuestro apartamento para ir al baño. Si tenía que estar afuera por más tiempo que eso, me aseguraba de que estuviera en brazos por gran tiempo de esa salida. También, me aseguraba de que, si íbamos a introducirla a familia/amig@s y ellos tenían compañerit@s peludit@s, de que estuviesen vacunados completamente. Lo chistoso es que el encuentro que más me acuerdo de Thena fue a las 2-3 meses con mi mejor amiga (mi hermana, no de sangre, pero de corazón) y a la que considero tía de Athena. Es más, la foto de esta publicación fue tomada precisamente del día en que su tía la conoció por primera vez. Ambas acordamos encontrarnos en un centro comercial y nos aseguramos de que ella estuviera en nuestros brazos lo más posible.


Ahora, ¿cómo me ha funcionado esta técnica ya que Athena tiene sus ocho meses? Ahora que está completamente vacunada, obviamente no soy tan estricta con sus salidas y sus encuentros. Ya que sé que ella está completamente vacunada, me siento más cómoda que ella haga sus nuev@s amig@s peludit@s en nuestras caminadas o que conozca a las mascotas de la familia. Aun así, tengo que admitir que ser tan sobreprotectora y estricta me ha traído a un punto donde quizás estoy un poco atrasada con su socialización. Con ella, uno nunca sabe cómo se va a sentir al conocer a personas o animales. Muchas veces veo que se siente más cómoda con las personas que con sus peludit@s, sin embargo, ha tenido momentos donde ella se ha enfrentado a otros canes que simplemente querían saludarla. Tambien ha sido un poco difícil ensenarle de que cada persona nueva que se la arrima no es una amenaza y que no tiene que ladrar constantemente. Entre todo, me ha costado un poco más socializarla ahora que está más grande, pero, estoy dispuesta a hacer el trabajo que tuve que atrasar un poco en sus primeras semanas. Mi manera de pensar fue la siguiente, prefería lidiar un poco más adelante con su socialización y su comportamiento que arriesgar su vida con el Parvo. Sus caminadas y las distancias de las mismas han incrementado sustancialmente. Igualmente, estoy tomando todas las oportunidades que se presentan, ya que ella está completamente vacunada, para que conozca amig@s peludit@s y personas en el camino. Espero que esta nueva etapa le anime poco a poco a socializar más y a mermar su ansiedad (sea con amigos de dos piernas o de cuatro patitas).


¿Tomé la decision correcta? Ojalá yo misma supiera la respuesta a esta pregunta... simplemente sé que aquí es donde nos encontramos hoy en día. Espero que, con el cuidado que le puse a los pros y los contras durante sus primeras semanas, tomé la decisión correcta al no socializarla completamente antes de que estuviera protegida médicamente. Creo que lo único que me queda ahora es esperar la respuesta del tiempo mismo :). Como pueden ver, de aquí es donde surge mi ansiedad al escribir estas publicaciones ya que, lamentablemente, hay veces me pregunto si he tomado las decisiones correctas. Me reconforta el hecho de que busqué toda la información necesaria y de que busqué la guía de su veterinario (al igual que la guía de padres de peludit@s con experiencia). También me reconforta el saber que cada decisión que he tomada para Athena ha sido pensando en su bienestar y poniendo su seguridad como prioridad en mi mente en todo momento.

 
 
 

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