Siempre Fuiste tu, Mi Athena!
- isabellepoetess
- 20 jul 2023
- 4 Min. de lectura

¿En algún momento te has encontrado en un estado mental oscuro el cual, por mucho que intentas, no eres capaz de superar? Personalmente, aquí es donde comienza mi jornada con esta pequeña.
Yo he estado batallando con trastorno de ansiedad y pánico ya hace algunos años y he intentado de todo para aliviar un poco mis síntomas. Cuando digo de todo, hablo en serio, ya que he intentado lo habido y por haber para sentirme mejor. Lastimósamente, hasta ahora, los esfuerzos han resultado en poco alivio o en ningún alivio en absoluto.
Ahora, devolvámonos juntos a diciembre del 2022 cuando estaba en uno de esos días difíciles. Uno de esos días oscuros en donde, por mucho que quería, no lograba hacer que mi mente se callara. Aquí es donde me acordé lo que había escuchado en cuestión de los beneficios que tienen las mascotas para nuestra salud mental y emocional. No me pregunten por qué se me vino esto a la cabeza. Yo creo que quizás que mi cuerpo estaba tan listo para sentir un poco de mejoría que me hizo acordar esta información. Después de una búsqueda intensa en internet y con la adrenalina a todo dar, comprendí que había llegado el día. ¡Era ahora o nunca! Era hora de conseguirme un compañerit@ peludit@ al cual yo pudiera cuidar, ver crecer, y que el(la) me ayudara a mantenerme en el presente. También, era hora de cumplir mi sueño de tener un(a) bebe peludit@ sin tomar un "no" como respuesta (lo interesante de esta historia es que siempre me habían llamado más la atención los felinos ¡y miren donde termine, ja!)
Al ir aprendiendo sobre los animales, me di cuenta de que los felinos son mucho más independientes así que, decidí que, para mi salud mental, sería mejor tener una mascota que necesitara más atención de mi parte. Finalmente, decidí que mi compañerit@ sería un(a) canin@. Siempre quise que mi compañerit@ peludit@ fuera de un albergue y así empezó mi búsqueda para encontrar el/la canin@ perfect@. Comencé desesperadamente a buscar, aplicar, y a llamar a todos los albergues en mi área sin suerte alguna. Hasta uno de los albergues negó la petición que mande casi instantáneamente. Segun, no me daban el perrito que yo estaba pidiendo "por mi horario de trabajo". Esta fue su respuesta, aunque ya les había dejado saber que en mi casa siempre hay alguien que llega más temprano que yo y que esa persona podría cuidar de el mientras yo terminaba mi día de trabajo. También, hasta el día de hoy, los otros albergues no me han dado respuesta alguna. ¡Gracias a Dios, el destino tenía otra cosa planeada para mí!
Decidí que intentaría encontrar mi nuev@ bebe peludit@ de otra manera. Me metí a páginas de internet donde uno puede buscar quien está vendiendo mascotas cerca de uno. Tuve cuidado de mirar cada listado cuidadósamente a ver si de pronto alguien tenía un(a) cachorr@ en mi área. Encontre un listado de una perrita salchicha (una dachshund) de apenas ocho semanas que se veía completamente ADORABLE. Su familia de crianza le había puesto el nombre de Lola. Llamé al número en el listado para preguntar sobre ella, pero, para mi suerte ya alguien se la había llevado a casa ese mismo día. ¡Como trabaja el destino! ¡A pesar de que ya no tenían a Lola, me informaron que aun tenían una de sus hermanitas! Parte de su misma familia y su misma camada. Le pedí a la familia que por favor me mandara fotos y/o videos de la cachorrita esa misma noche. Al llegarme el video, vi esa criaturita y me impactó fuertemente la ternura y la inocencia que irradiaban sus ojitos. Inmediatamente supe en el fondo de mi ser que ELLA era mi Athena. La familia acordó hacerme una video llamada por FaceTime esa misma noche y después de verla (y de acordar un precio por ella), hice planes para recogerla al día siguiente.
Como futura mamá orgullosa, fui y compré todas las cosas necesarias para traer a mi pequeña a casa e hice el viaje de dos horas para ir por ella. Si, leíste bien, fueron dos largas hora para ir a recogerla...un viaje del cual jamás me arrepentiré. Cuando la sacaron del carro y la dejaron libre de la pequeña jaulita en donde la transportaban, vi una bebé pequeñita, adorable, frágil, y temblorosa. Mi instinto se encendió en cuestión de segundos y le grite "¡Athena, ven aquí mi chiquita! ¡Ven bebé!" les cuento que ella no lo pensó dos veces. Fue una señal concreta y amor a primera vista para ambas. Una vez que la tomé en brazos, supe que la protegería por todo el tiempo que ella formara parte de mi vida y de mi familia. Durante el viaje, podia sentir como se acurrucaba conmigo debajo de su cobija como pidiendo mi protección y mi calor. Supe que me estaba viendo como la Alpha de su nueva camada. Ella me estaba viendo como lo que me había convertido, su mamá, y su pequeña vida ahora dependía de mí. Juré desde ese momento y ese primer encuentro ser la mejor mamá canina posible, sin importar lo que eso significara.
Aún estoy aprendiendo como cuidar apropiadamente de ella, como protegerla, y como hacer lo mejor para ella (¡Gracias a Dios que mi esposo tiene mucha experiencia como papá canino!) pero, lo que sí sé es que ella nunca conocerá a alguien que la ame más que yo. Cuando las cosas se ponen un poco difícil para mí, me acuerdo de ese video y ese primer encuentro. Me acuerdo como ella se apegó a mi casi instantáneamente y como mi corazón sabía que ella era mía. Hoy en día puedo decir confiadamente y de corazón que ella SIEMPRE estuvo destinada a ser mi Athena.



Comentarios